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362 LINO G. CANEDO Sin embargo, lo digno de notarse es que el desastre de las m1s10- nes de Cumaná en 1520-1522 no descorazonó a los franciscanos. La Costa de las Perlas continuaría siendo meta de sus proyectos misio– nales en la tierra firme. La empresa siguió a cargo de la provincia de Santa Cruz de la Españolaªº. Parece que la base inmediata de partida o una de las bases, cuando menos - fue el convento que levanta– ron en la isla de Cubagua, donde había buscado refugio fr. Juan Garceto 31 • Sabemos que a fines de 1528 el provincial de Santa Cruz, fr. Francisco de la Cruz, se disponía a mandar tres religiosos a la isla de Cubaguaª 2 • El convento estaba en la capital de la isla, la famosa Nueva Cádiz que debió nacer hacia 1523-1524 aunque su importancia empieza sólo hacia 1526. En 1537 fue visitado por el provincial fr. Fran– cisco de Barcience 33 • Es precisamente el guardián de este convento, fr. Antonio de Bil– bao, quien realiza el primer intento - por lo que conozco - de « ir a predicar por los lugares e partes de la Tierra Firme para instruir a los indios en las cosas de nuestra santa fe catolica », según dice la real cédula de la reina (Avila, 22 junio 1531) a los oficiales de Cuba– gua, mandándoles que le paguen un intérprete 34 • Menos de un mes 30 Si bien es probable que las m1s10nes de Cumaná hayan gozado de cierta autonomía - cuyo grado, por lo demás, no es posible determinar - parece indudable que pertenecieron a la jurisdicción de la provincia de Santa Cruz de la Española. Entre otras razones, hemos visto que varios de los franciscanos picardos que pasaron en 1516-17 con destino a dichas misiones, se quedaron en la Española en los conventos de la provincia; bajo la dirección del ministro provincial de éste, fr. Pedro Mexía, vinieron de España algunos de los misio– neros reclutados en 1519-1520 por fr. Vi9ant, y fue al P. Mexía a quien se pagó (Santo Domingo, 9 sept. 1521) el importe de los mantenimientos y vestuarios « para el monesterio que la dicha Orden tiene... en la provin9ia de las Perlas, para los frailes e otras personas que están en el dicho monesterio » (AGI, Contaduría, leg. 1050: « Data » del tesorero Miguel de Pasamonte). Fray Andrés de Valdés fue el representante de fr. Juan Vi9ant en Santo Domingo. 31 Según Las Casas (Historia de las Indias, lib. III, cap. 158 - pasaje ya copiado arriba) - este fr. Juan Garceto era « extranjero, creo que de Picardía, que había venido a esta isla con el que dijimos arriba llamarse fray Remigio ». Este último (fr. Remigio de Faulx) debe haber pasado a la Española, con otros dos franciscanos franceses, en la segunda mitad de 1511 (ORTEGA, La Rábida III, 217); pero ninguno de estos dos compañeros lleva el nombre de Juan. Vuelto a Europa años después, le hallamos de regreso a las Indias en 1516-17, entre los catorce franciscanos reclutados por orden del Capítulo general de Ruán (1516); en esta expedición figuraban varios religiosos de nombre Juan, pero no es probable que alguno de ellos sea fr. Juan Garceto. Giménez Fernández (Las Casas II, 673) sugiere que Garceto pueda ser el fr. Juan Francés que figuraba en la expedición de fr. Alonso de Espinar (1513). 32 AGI, Contaduría, lcg. 1050: <(Data>~ del tesorero de Santo Domingo, Esteban de Pasamonte. 38 Academia de la Historia, Madrid, Colección Muñoz, t.81, ff. 65, 88v. 34 AGI, Panamá, leg. 234, lib. 4, f.110. Ha sido publicada por 0TTE, Cedulario de ... Cubagua I, Caracas 1961, n.93, p.126-127, si bien tomándolo - según parece - de la sección Audiencia de Santo Domingo, leg. l.121, f.171v.

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