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ese .lugar hasta .una docena: de, aparatos de d\versos ta– mafiós . y colores y de distÍ~tas , naciones. Arrojaban en paracaídas bultos de aÍini~~to y ~edicinas, .... muchos de \.,., . ' los cuales quedaron para siempre perdidos entre 1~. ma– leza ·de la ~elva. 4.----EL EXODO. A los tres días quedó abierto el camino hasta el río Chikanán, que ,era' un trayecto de veinte 'kílómetro·s: Los supérvivien:tes nos hallábamos notablemente restableci– dos, '"Y al cuarto día empezamos el éxodo hacia la civi– lización. Es .digno de notar que el americano Mr. Al'lristrong Ferry, con :ia allmentación; había recobrado ya su total lucidez, 'yº' que · 1a: sefiora Lina, que durante Íos quince días' ele soledad no había. derramado una lágrima ni ex– halado una queja, al ser ericdntrados dio rienda suelta a'' la efusión contenida y no paró de llorar hasta que se vio en :Tunierenió con los suyós. Míster Ferry, Marcano y la sefiora Lina tuvieron que ser sacados en hamacas, porque el estado de sus .heridas y luxaciones no le permitían aún , caminar. Yo sali por mi in:opio ple. A la vera del río Chilrnnán estaba esperándonos una confqrtable lancha, .que nos condujo ,a la población de El Dorado. , U11 tropel .de ..gente, más ,numerosos que los habitantes.·del ·pueblo, se c,ongregó en la explanada del puerto para presenciar nuestro desembarco. A todos les parec:ia ilusión lo que veían. Todos se apretu.iapan para ponerse cer9a de nosotros y tocarnos -no daban créd1- 294,