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resolvimos llegar hasta ellos por si necesitaban auxlllo. Nunca nos imaginamos que eran ustedes, así los creía– mos muertos, hasta que vimos el avión y les reconocimos. Estas explicaciones nos dio Salazar, mientras los otros dos regresaban al campamento con ·la noticia. 14.-RODEADOS DE GENTE Y DE PROVISIONES. A las cuatro de la tarde estaban de vuelta. Con ellos venían el general Cados .R,ivera, jefe del batallón, el doc– tor Manzanilla, médico del mismo, y una pléyade de rumberos cargados con sendas provisiones. Todos nos miraban estupefactos y repetían: -iLos hemos salvado! ¡Los hemos salvado! 28'7
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