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Ecíháronse a buscarlas quienes .para arriba, quienes cubiertos .de 11tr.üeza. Era un cayuco miserable, füichó de corteza de árbol, tan .Jiviano·, y diminuto. que él solo fue suficiente para .. bajarlo al · agua y le sobró fuerza. Corno no cabíamos todos en ella, dispuse que :fueran tres con dicha curiara hasta la primera ranchería indígena , a buscar. otra más grande, quedándóme yo con uno de ellos. Cinco horas tardaron en regresar, durante las cuales m'e pasó lo sigu'ie11te: ' algo estropeado de los resbalones sufridos en el camino, me senté bajo un cobertizo des– tartalacfo que había ho lejos del rfo entre la espesura. Rezando ~staba e(Oftcicidivino, y como ,a los veinté :mi~ irntos . enipigzo ,a serihfci.ert.a desJz ~n.en éi •cferpo qué se agranda por inomeritos. A tal grado llegó ei prul'ito, que hube ele al~ar un tarifo el pántalon, y qÚede áteri•a.:: · /·,, ,, ,.,·· /.,L ' .1 .••··. , , _',,, .. ' ,' , '• .,:),<i ··, .. . ,l .. : ...,.-,,:• ::.: : ; ._i::..i,,,: ;,,;,~ do al ver mis piernas cubiertas de diminutos puntos ne- g·i·os (o dé est~ cofor ine parecieron). Llamó al ini:Uo due ~staba .•pescall'do. Viene . Y, .t! verme, soltó , tal .cáré1J.a1a que alarmó a ·dos guacamayos, los cuales salieron dispa- rri.dos dé. uh ¡rbo{ ¡Ü, azii.an <l.o; ·y dije>': . --:iNigua, 11igui:t, torito nigua!. Rancho de indio, aban-– qonado, c~giendo ní~,ua; ¡ ja, ja, jal Salté como un .. corzo y me introduje monte ade11tro, donde .:r:ne quité 1:1.s vestiduras y me dediqu,é a : una, liplc: pieza cachazuda de éstas y del cuerpo que me llevó dos ho,ras. No pude gloriarme de haberlaJs eliminado todas,pu'es son tan diminutas. que. muchas se'. hacen invisibles. Los efectos de las ·que, quedabaB• empecé•a sentirlbs a, los dos días por, un •Picor ' agra:dáble ·que 'Producen;, Marr:idé ' a un indio que me e~aminára los .pies yy a; punta ,de alfiler, rne 193
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