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dos como corzos en la rompiente de un cerro por la que se despeña un río en maravillosa cascada; y de allí, es– calado el arcilloso · Tuaihuadén, en cuya cresta viven otros indios como águilas en sus nidos, para bajar lue– go a la confluencia de los ríos KUkenán y Yuruaní y re– montar la hermosa vega del primero adoctrinando a los incultos pescadores de una y otra orilla. Me había extendido por el Este, donde .yacen las gran– diosas cascadas de Lué y Morolr, la primera de éstas quizá sin rival en el mundo por la forma de su caída, por las rocas de granito jaspeado en diversos matices, por los detalles de configuración, por las bellísimas orquídeas Flor de mayo que abundan en los árboles prendidas de sus flancos, por los mitos, y leyendas que sobre sus des– peñadas aguas desgranan los indios en forma de perlas cuando la constelación de Temekán, con su trompeta de trueno, les congrega para. brindarles abundante pesca..., y ascendido por la ribera del Kukenán hasta el rancho donde habitan los indios de Uaraurá, pasando luego al caserío de Arabopó, uno de los más grandes de la Saba– na, el cual yace cerca del gran cerro Ro:i:oima, el legen- dario cerro que pertenece a tres naciones, porque para las tres salta desde su cumbre el chorro de agua ferti– lizadora, y que ha sido objeto de interesantes excursio– nes científicas..A él subí .por la pendiente abrupta del ladoOeste -1a ú.nica accesible- a 1a meseta de su ci– ma, desde donde pude rnlrar a satisfacción el gran cam– po sabanero, salpicado .de.. lomas, vegas y montafías, y contemplar los tres grifos· donde brotan los tres ríos co– mo tres fuentes vitales: el Caroní para Venezuela, el Cotingo para el Brasil y el Mazaruni para la Guayan.a Inglesa. 161