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121 Vivimos una época de valores de bisutería. No hay tiempo para juntar las manos y orar a Dios. Las tene– mos ocupadas en contar dinero y en señalar a los demás. 122 Cuando el hombre reclama su dolor a Dios, Dios nunca le pone la mano en la boca para que deje de hacerlo. Es una de las formas con que el hijo expresa la depen– dencia del Padre. 123 Los hombres con veintiocho letras hemos escrito nombres, insultos, epitafios, poemas, libros. Dios escribió: Mar: Con gotas de agua. Firmamento: Con estrellas. Olor: Con flores. Vuelo: Con alas. Mirar: Con ojos. - 54-

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