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ceniza, volveré a ella. Y me llaman desterrado -¡ enterrado mejor fuera !– En verdad, soy deslunado; puesto que la luna tienta, hace soñar y enloquece, como patria verdadera. Ella es ;fímera patria de mi efímera existencia. Tiene paisajes sin forma, como yo, vagas ideas. En mi alma y en su faz hacen las sombras quimeras. A ella la ladran los perros, y a mí me gritan las selvas. Ella es hermana del sol, que sus reflejos le presta. y yo soy hijo de Dios, que con su Gracia me encela. Y así, los dos fugitivos, pálidos y soñadores, los dos rondamos los cielos con la prestada realeza. Cenicienta de los astros con vocación de princesa, la luna es hermana mía, que soy príncipe, que encuentra en cada luto y sarao su plateada chinela ... 26