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se le fué cambiando su blanco color, pétalo a pétalo, en subido carmín. Junípero alegre el milagro aguartCtó, y después que roja del todo se puso, buscó, entre la 1bruma d·el azua. difuso, nuestra humilde ti,erra, y hacia ,allí la echó. Y empezó la rosa a bajar del cenit con vaivén de rnsa y un ¡poco medrosa: con pudor de virgen que va a ser es¡posa y siente el anillo en su dedo feliz. Todas las ,estrellas, al verla pasar, con santo respeto su luz recogían, y hablando 1con ella, quedo le decían: - ¡Feliz a;quell pecho que vas a adornar! Y era ,que srubían que en su ser de flor iba, como un ave posada en su nido, el amor a AqueJla qu~ le fué nacido cuando dió Francisco su beso criador. Calmaré ¡ya en breve todo vuestro afán. La rosa era amor de Francisco a María, que por fin posó •en filosofía sobre el alma sabia del Hermano ,Juan. Y Juan Duns Escoto, que ,era muy sutil, probó que María -era Inmaiculada. 56