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Virgen, semejante a la que se veneraba en la igle– sia de la Victoria, en Madrid . Como a los meses, una fuerte tempestad puso en peligro el barco donde venía. Para salvar al buque del. naufragio, el cargamento fué arrojado al mar, y, por inadvertencia, también arrojada la caja que contenía la imagen. Por casualidad o por milagro de Dios, la caja fué a parar a las costas de Naiguatá, a 1 .as mismas posesiones de don Juan de Corro. Avisado por sus criados de una caja misteriosa llegada a la orilla, acudió presuroso. Con gran admiración, comprobó que era el envio que ,estaba esperando. P:oco des– pués llegó el barco a la Guaira. El capitán declaró la tragedia de la travesía, y todos comprobaron la intercesión milagrosa . La imagen fué venerada durante algún tiempo ' en la casa del señor que la había encargado. El 7 de marzo de 1654 fué colocada solemnemente en la iglesia de San Francisco. Asistieron las aut1oridades y numeroso público. Desde este día comenzaron 1os fieles a invocarla con más fe y devoción . Durante algún tiempo era .Ue:vada procesi,onalmen– te el día Viernes Santo a la Catedral v devuelta a San Francisco en la mañana del sábado . Tomúan parte en la comitiva todas las autoridades eclesiás– tica s y civiles, con la asistencia de los religiosos,