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na de la ciudad, le movió a edificar un grandioso templo. Con grandes sacrificios se comenzó la gran iglesia, que no logró ver tc.rminar, ,¡:mes falleció un año antes de la inauguración. Esta se efectuó en 1857. Desde entonces, se puede decir que el templo ha permanecido ínnegro, a pesar de algunas meJoras que se han realizado. Drnde 1892 está confiado a los Padres Capuchinos. Durante el siglo de existencia que ha cumplido; ha visto desfilar a centenares de miles de fieles, de toda clase y posición social que, devotos, han acu– dido a pedir a la Madre del cielo el remedio a sus neces idades. Todas las Cofradías estab'.ecidas en la iglesia, y de modo especial la de la Virgen Santísi– ma, se han esforzado por solemnizar los cultos a Nuestra Señora de las Mercedes, particularmente en los meses ele. septiembre y octubre. Desgraciadamente, el fervor primitivo se ha ido entibiando con el ambiente de progreso y materia– lismo, pero la Virgen de las Mercedes, pararrayos divino, sigue firme en su trono, esperando con los brazos abiertos a los hijos que la han olvidado y consolado a los que todavía le son fieles y acuden a sus pies.