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NUESTRA SEÑORA DE LA CORTEZA (ACARI GUA. ESTADO PORTUGUESA) Cuando amanecía el siglo xvr n , Guanare te.nía una estrella de primera magnitud que atraía las miradas de todos los venezolanos: la Virgen ,de Co rnmoto. Hacía muchos milagros y se le atribuían muchísimos favores. Movido s por su resplandor, acudían fi eles de toda_s pa rte s, ele modo especial el 2 ele febrero, fecha en que si;: celebraba la fiesta más solemne. Entre los muchos pereg rinos, acudió en 170 2 , una señora con su hijo. Pertenecía a la jurisdicción de San Carlo s. A pesar de haber estado varios días para cumplír una promesa, no tuviero1; el consuelo ele contempla r la milag rosa imagen. De regreso a su casa, se pusieron a descansar a la sombra de un árbol. Al poco tiempo, el niño observó que el mulo que llevaba parecía espantado . La madre y el hijo se acercaron al sitio donde estaba el animal, y vie– r,on, con ,gran as·ombrn, que en la misma corteza del tacamahaco ha,bfa una imagen resp,lancle. ciente de · !a Santísima Virgen, con el niño en las manos. Durante

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