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mo. Muchos fueron los ensayos, y muchos los fra– casos. A pesar de la buena voluntad y de las fre– cuentes oraciones y penitencias, la obra salía muy imperfecta. Pero al fin, la Madre del cielo se compadeció de su artista improvisado, y dice la tradición que cierto día aparecieron unos ángeles resplandecientes y re– tocaron el rostro ,d,e la Virgrn y el del Niño. El año de 1583, la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria hacía su entrada triunfal en el pue– blo de Copacabana y comenzaba una serie intermi– nable de prodigios. ·Esto sucedió en el Virreinato del Perú, en una región que hoy pertenece a Bolivia. En Venezuela: La fama de los milagros que es– taba realizando la imagen de Copacabana, indujo, sin duda alguna, a F. Antonio de Alcega, Obispo de ,Carneas en 16o8, a introducir dioha advocación en Venezuela . Fué colocada una copia de la imag·en en la iglesia de San Pablo, y el Señor Obispo pu– blicó una Carta Pastoral pidiendo a todos sus feli– greses implorasen la ayuda del cielo por intercesión de Nuestra Señora de Copacabana. La sequía que asolaba toda la diócesis cesó; el pueblo cobró fe y confianza en dicha advocación. En momentos de peligros colectivos, la imagen se llevaba solemne– mente a ,la cate,dral para hacerle rogativas y novena-