BCCCAP00000000000000000000812

era impo sible llegar a la ciudad, se. escondió en el bosque ; pero no quería en modo alguno devolver las joyas robadas. Con ansias esperaba la llegada del nuevo día para huír, cuando he aquí que las campanas ele la iglesia, que estaban co:gadas en los árboles cercanos, co– menzaron misteriosamente a repicar . El pLleblo, asombrado, acudió, vió el sacrilegio y contempló el rostro ele la Virgen cubierto ele lágrima~ c;e co– menzó a buscar al culpable, y éste viendo q1:e era imposible ocultarse más, se presentó y confesó cuanto había sucedido. El hecho se divulgó instantáneam~nte. Con ello . aumentó el amor y la devoción a esa virgencita que ha siclo, a través de los siglos, una flor siempre viva en el corazón de todos los vizcainos. Una copia de esta flor celestial llegó ele la Madre Patria. Se sEmbró y .arraigó también en nuestro suelo. La podéis encontrar yendo ele Valencia a P uerto Cabello ... ; en la iglesia ele Naguanagua .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz