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¡CON LA LEY POR DELANTE! ¿Qué sufridas son las leyes! Que s1 impi – dan el ejercicio de la libertad, que si matan el espíritu, que si. .. Ellas no nacieron para dar muerte, sino para que la vida rodase mejor, para evitar los choques o al menos solucionar– los . .. Pero sí , las leyes con frecuencia han hecho el triste papel de «verdugos» de lo me– jor del espíritu humano ... Pero, ¡basta de ro– llos! Que no voy a llenar esta página de pros e contrns a la ley , sino a dec ir que aquellos «diez» - c~c los que hab lamos antes , ¡acuér– aese!- se dieron unas Ordenanzas-Leyes ¡:)ara regi rse como Hermandad . Como son las prime ras y, por lo t anto, mar– can la pauta, ¿me enti ende? , la línea direc– triz, la orientación de la Hermandad, vamos ~ tratar de segu i rlas la pista, aunque sea un poco desde lejos . En estas Ordenanzas se habla de las obli– gaciones de los Cofrades-Hermanos y se dice que una de el las es acompañar la «imagen » con «toda la vela ». No. No esté pensando, i por