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1575 (1), de manos del provincial padre fray Lorenzo de Bérgamo, a la edad de 16 años, y «sin aquella demora y experiencia que para probar la vocación hay entre los capuchinos, y llaman tiempo de catecúme– nos», como dice el padre Ajofrín. Fue entonces cuando, según cos– tumbre capuchina de cambiar el nombre al tomar el hábito, eligió el de Lorenzo, por ser el de su padre provincial, seguido del de su ciudad natal, viniendo a llamarse ya para siempre Lorenzo de Brindis. Durante su noviciado comenzó a dar muestras de la austeridad y penitencia que practicará toda su vida, siendo su espíritu conforme al de San Francisco. Imitaba incluso su ternura hacia los animales. Y al igual que se cuenta de San Francisco que en uno de sus viajes fue obsequiado con un corderito, quedando tiernamente encariñado con él, así eljovencísimo novicio se divertía con un corderito que había en la huerta, hasta el punto de que el animal le distinguía de todos los demás novicios, siguiéndole, triscando y corriendo a sus caricias sin hacer caso de los demás. Al poco tiempo de tomar el hábito capuchino cayó enfermo con una fuerte dolencia de estómago que trató de disimular no faltando nunca al coro, a la oración, ni al ayuno, cumpliendo con el rigor de la vida que había abrazado. Sin embargo, llegó a conocerse su falta de salud y sus superiores acordaron suspender por un tiempo la profe– sión en espera de decidir si debía seguir o no la vida religiosa. Lorenzo rogó a la Santísima Virgen, y al poco tiempo desaparecieron los dolo– res. Así, el 24 de marzo de 1576, víspera de la Anunciación, poco más de un mes después de cumplido el año de noviciado, hizo la profesión religiosa. (1) Esta es la fecha que da Carmignano. Otros autores señalan el 18 de febrero y alguno el 17 de feb rero. 9
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