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la Venerable Imagen del Santo Cristo a la iglesia pa– rroquial de El Pardo, adosada a Palacio. También el Santo Cristo compartía la orden de exclaustración. Catorce años de penoso peregrinar, sembrando el consuelo y la resignación en muchos corazones. Tras cinco meses de estancia en la iglesia de El Pardo, fue trasladada la Santa Imagen en abril de 1837 a la Pa– rroquia del Buen Retiro de Madrid. Al cabo de trece años entre los madrileños, sintió nostalgia por El Par– do, y aquí se volvió en agosto de 1850, posando tres meses en la iglesia parroquial. Pero su puesto estaba en la cima de la colina, a donde subió, siendo colocada en su Capilla Conventual. El Convento se halla desierto. El Santo Cristo se encuentra sólo en su urna mortuoria, haciendo la guar– dia y defendiendo los muros conventuales durante cuarenta y seis años, que todavía faltaban para que los frailes volvieran a habitarlo. Durante ese medio si– glo un piadoso ermitaño velaba su esperar, despa– bilando todas las mañanas la lámpara que ardía ante la santa Imagen. 54