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EL FALSO MESIANISMO "Se despegarán /os ojos del ciego, los oídos del sordo se abri– rán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo canta– rá. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco, un manantial. En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: No pasará por ella el impuro y los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces, sino que caminarán los redimidos y volverán por ella los res– catados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán". (lsaías, 35, 5-10) (U. E.). Pasajes como éste y otros semejantes fueron los que -falsa– mente interpretados por los letrados- hicieron concebir un falso mesianismo en Israel. Pensaban en un Reino terreno presidido por el Mesías, donde habría abundancia de todo para todos. Sería algo así como un nuevo paraíso terrenal. Todo por desgajar el texto de su realidad concreta: Un canto de la vuelta del destierro. Y la alegría les hizo concebir a aquellos presos liberados una tierra de promisión, la tierra de la libertad. No obstante, los letrados, los escribas de Israel sufrieron un espejismo y no hicieron nada más que tentar al pueblo con esa idea terrena de mesianismo de tejas abajo. Contra esto tuvo que luchar Cristo en su Evangelio. Tan meti– do estaba todo este tinglado escriturístico en la mente del pueblo, que ni Pedro podía concebir que fuera a sufrir. Y cuando le vieron crucificado huyeron todos como un rebaño desorientado. Y cuando los dos de Emaús le dijeron: "Nosotros esperábamos que él restau– raría el Reino de Israel. .. ". El mismo Cristo les tuvo que explicar co– menzando por Moisés y siguiendo por los profetas, el verdadero sentido del mesianismo: "Convenía que sufriese y entrase así en su gloria... -80-