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NOTA PASTORAL XII (San Juan 6, 51-59) La Eucaristía no es solamente el recuerdo y el anuncio de la muerte y resurrección del Señor, sino, además, la señal de que Je– sús ha resucitado y está presente entre nosotros. Así se explica que la celebrasen desde el principio los cristianos el día de la semana, correspondiente al de la resurrección ("al día siguiente del sába– do": cfr. Hech 20,7). Nuestra fe vacilante en la resurrección se asemeja a la duda que acompaña a nuestra fe en la presencia de Cristo en la Euca– ristía (v. 52). Precisamente él es ese nuevo maná (v. 58). Pan ba– jado del cielo (explicación de su divinidad: cfr. Jn 3,13), que se en-– trega para dar la vida al mundo (v. 51). Comer su carne y beber su sangre (vv. 53-54) es creer en la muerte vivificante de Cristo (cfr. Jn 3, 14-16), condición de nuestra vida eterna (vv. 54.57). -619-

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