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REFLEXIONES SOBRE LAS MUJERES Y LA RESURRECCION "Pasado el sábado, María la Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fue– ron al sepulcro. Y se decían unas a otras: -¿Quién nos correrá la piedra de fa entrada del sepulcro? Al mirar vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entonces entraron en el sepulcro y vieron un jo– ven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. El les dijo: -No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucifica– do? No está aquí. HA RESUCITADO. Mirad el sitio donde lo pu– sieron" (Me. 16, 1-6). El amanecer es la resurrección del día. La resurrección de Cris– to es la resurrección de la humanidad. E! sol alumbra los caminos de la tierra, Cristo Resucitado alum- . bra la esperanza de los hombres. Las mujeres caminan a la luz del sol, con preocupación, con tristeza, y encuentran una gran alegría: HA RESUCITADO. No nos vamos a detener en ciertos detalles, como la piedra grande, la valentía de las mujeres, la enumeración detallada de Marcos: ahí está. Pero está patente un hecho. Entonces y hoy las mujeres fueron y son las primeras. Estamos en un funeral. Hay más hombres, proporcionalmente, que de costumbre. Muchos hombres han venido no por devoción, sino por amistad con el difunto. No es un acto de fe, sino un acto de culto. Están como obligados por las conveniencias sociales como los soldados que guardaron el sepulcro y echaron a correr ante el primer movimiento. -538-

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