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EL DIA SIN NOCHE "El día de la cuenta resplandecerán ellos como chispas que prenden por un cañaveral. Gobernarán naciones, someterán pueblos, y su Señor reinará eternamente. Los que en él confían conocerán la verdad y los fieles permanecerán con él en el amor, porque sus elegidos encontrarán gracia y misericordia". {Sabiduría 3, 7-9). Habrá un trastrueque de valores. Porque nosotros lo juzgába– mos todo a la luz de este mundo. De tejas abajo. Si alguna vez te– níamos como un barrunto de eternidad era debido a esa luz de la fe que se colaba entre nuestras preocupaciones, cáf culos y planifica– ciones terrenas. Pero existe otra vida. La creencia universal de todas las gentes a lo largo de la historia se ve aseverada por las palabras de la Sa– biduría. Somos inmortales. Lo cual tiene que llenarnos de alegría y ser como una estrella que nos guía a través de los senderos en– marañados de la vida presente. Desde siempre se ha representado, en todas las religiones, a un dios pesador de las almas. Pues bien, de eso también nos habla la Biblia en su lectura de hoy. En aquel día una nueva luz será la que brille. Decía el ge– nial artista Miguel Angel, del que tantas veces decimos que dejó una obra inmortal sobre la tierra, lo siguiente: "En el mar albo;·ota– do, mi pequeña barca, mi vida agitada, ya ha alcanzado el puerto donde nos espera la gran cuenta y donde se pesan todas nuestras acciones. Ahora veo cómo ha jugado locamente conmigo la fanta– sía falaz, que erigió en ídolos el arte y el deseo". Todo esto no debe ser motivo de tristeza, repito. Ni para echar- se a cantar la copla que decía: Cada. vez que considero que me tengo que morir, echo la manta en el suelo y no me harto de dormir. -50-