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cuestión social y predique el Evangelio", bien puede gritar más fuerte aún: -Pues precisamente es el Evangelio lo que estoy pre– dicando. El gran director de cine, español, Luis Buñuel, acertó cuando dijo: "Hay que buscar a Dios en el hombre". El hombre que se confiesa ateo, dijo una frase profundamente cristiana. Muchos ateos, sin saberlo quizá, tienen frases y posturas cristianas. Están bebiendo en el río del Evangelio. Por eso cuando se busca una orientación concreta y antropo– lógica del Evangelio, no se sale de sus justos cauces. Si no que se pretende profundizar en él. Dar una religiosidad más acorde con los tiempos a base del Evangelio eterno. Una religiosidad para cristia– nos y ateos. Y que no parezca dura o ilusoria la pretensión, pues también un patriarca oriental en el Concilio, ante ciertas caricaturas de Dios, dijo aquello "ese Dios en el que yo tampoco creo". -516----