BCCCAP00000000000000000000808
E N L A S M A N OS D E D I O S "LA VIDA DE LOS JUSTOS está en /as manos de Dios y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que mo– rían; consideraba su tránsito como una desgracia, su partida de entre nosotros, como una destrucción; pero ellos están en paz". (Sabiduría 3, 1-3). Cuentan que Federico el Grande visitó, en cierta ocasión, una escuela y preguntó a uno de los niños: -¿Dónde está Prusia? -En Alemania. -¿Y Alemania? -En Europa. -¿Y Europa? -En el mundo. -¿ Y el mundo? El pequeño se detuvo un instante como para pensar. Y con- testó: -En las manos de Dios. Una gran respuesta y una gran verdad. El mundo y sus habitantes los hombres, están en las manos de Dios. Puede parecer, a veces, que Dios nos tiene olvidados. Pero estamos seguros de que Dios tiene cuidado de nuestras vidas, de nuestras cabezas y sobre todo de nuestras almas. Cuando el dolor nos asalta, cuando se agarra a nuestras exis– tencias con sus zarpas sin misericordia y amenaza con destruir– nos, se revuelve en nuestro interior la serpiente venenosa del re– proche: -"¿Dónde está Dios, que no nos socorre?" Dios está a nuestro lado. Es el Cirineo de nuestra vida. Si él no hubiera sufrido, si no hubiera necesitado un Cirineo en la ca– lle de la Amargura, y no hubiera muerto en la Cruz, tendríamos motivos para quejarnos. -46-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz