BCCCAP00000000000000000000808

llevan a una actitud anticristiana. A la apología del no; en pro de un sí definitivo. No cabe duda que la vida es fugaz. Que estamos aquí de paso. Esto es un hecho. Pero de hecho estamos. Hemos sido puestos por Dios y lo hemos sido para algo. Mejor nos parece la teoría de Ortega y Gasset que en su "Es– pectador'' viene a decir poco más o menos: "Ya que pasa; aprove– chémosla". Lo mismo digo, aunque en un sentido distinto al de Ortega y de cualquier hedonista de menos talla. Lo afirmo en el sentido cristiano y bíblico. Porque la Biblia hay que leerla toda entera. Y el libro de Job no es nada más que un libro entre otros y en el último de los libros que es el Apocalipsis nos hablan de una nueva tierra, de un cielo nuevo, de un mundo transformado. Así que la vida "no se acaba, se transforma". Se mejora. Con esa perspectiva hemos de ver esta vida que tenemos entre las manos. Y bueno será que sepamos agradecerle al Señor el que nos haya dado un sol, y una luna, y un mar, y unas flores, y unos ami– gos, y una familia, y unos hermanos... Qué bueno es todo cuando nosotros somos buenos, y qué agradecidos tenemos que estar a Dos por t®do esto. Por eso, pienso, que ser pesimista es ser menos cristiano y peor hijo de Dios. Porque no se es agradecido. Y aquí vale lo del refrán español: "el que no es agradecido no es bien nacido". Nosotros sí somos bien nacidos. Porque hemos nacido. Tene– mos una fe cristiana. Y una esperanza. Y una alegría. ¡Mucha ale• gría! La alegría de vivir. De vivir con otros. De vivir en gracia de Dios. De vivir cristianamente. De esperar una vida mucho mejor. ¿Por qué ese horror ante la tumba, como si fuese la puerta de los siete candados a toda luz y a toda esperanza? Nosotros debe– mos gritar el triunfo de la vida, que empalma con la eternidad. De esta que sigue en la otra. Por eso el mejor lema para un hombre que vive esperando es el de nuestra Teresa de Avila, que por aña– didura es santa y doctora: "¡Que muero, porque no muero!". -25-