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SU SEGURO SERVIDOR "En aquellos días, habló Job diciendo: El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero. Como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. "(Job 7, i-7) (U.E.) He aquí una verdad a medias, que desde entonces hasta ahora es la peor de las mentiras. Pues si es verdad que la vida del hombre sea como la de un jornalero, su trabajo no es inútil. Nadie ha sido creado inútilmente por Dios. Todo ser tiene su utilidad en la vida. Lo que hace falta es tener ojos transparentes para verlo. Aquello que recuerda Pemán como un poema indú. Los tres marajás van por el camino. Los buitres en el cielo y el mal olor en la tierra les anuncian carroña. Se encuentran con un perro en su camino. Un perro muerto, en descomposición. Mientras pasa de prisa el primero dice: -Qué gran delito ha– brá cometido ese impuro, para que su cuerpo se descomponga de esa manera sin encarnarse en otra vida mejor. El segundo grita: -En el camino de los puros jamás debieran aparecer estas escenas de corrupción y podredumbre. El tercero se detiene un momento, le contempla y dice: -Y sin embargo qué bella dentadura tiene. Por muy aporreada, por muy esclavizada y dura que sea nues– tra vida, siempre habrá su salpicadura de bondad y de alegría en ella. -22-