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EL MENSAJE DE LA CRUZ "Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que es– tán en vías de perdición; pero para los que están en vías de sal– vación -para nosotros-, es tuerza de Dios. Dice la Escritura: "Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de . los sagaces". ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el letrado? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?" ( 1 Cor 1, 18-20) (U.E.). El mensaje de la cruz, con sus brazos ctúzados, nos sale al pa– so en todas las partes: En el cruce de los caminos, en los altares de las iglesias, en las torres, en las alcobas, en los cementerios ... Por Europa hay esparcidos cementerios llenos de cruces sobre muertos anónimos. Son los caídos de la guerra. Pocos cementerios tan famosos como el famosísimo de Géno– va. Se pueden admirar cientos de. mausoleos clásicos o barrocos. Pero en la gran explanada central, alineadas para el desfile del úl– timo día, miles de tumbas con sus cruces sencillas. Sólo hay un rincón donde no existe ni una sola cruz. Es el ce– menterio judio. Un sepulturero, calado con su solideo rabiníco, cui– da de las tumbas. Sobre ellas, una columna inconclusa, truncada, rota, inclinada o una estrella. Ni una sola cruz. Para ellos la cruz sigue siendo un escándalo. Para nosotros es "la fuerza de Dios". Ha sido la gran palanca que ha destruido para siempre el pecado de los hombres. La cruz ha dividido los dos testamentos. La cruz ha marcado la frontera de la humanidad. La cruz es la señal de los cristianos. Nosotros esta– mos orgullosos de la cruz de Cristo, porque nos sentimos redimi– dos por ella. Cuando esa cruz gigantesca que se yergue sobre la -252-

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