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TODO ESTO POR MI "Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿qwen estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo en– tregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?" (Rom. 8, 31b-32). El aprendiz de alpinista se había perdido en la montaña. Sa– lieron un día lleno de sol y de alegría. El aire era como una caricia en los rostros, y la nieve de las cumbres una blancura que apete– cía cogerla. Habían convenido que a las cuatro de la tarde estarían todos en el refugio. La noche era peligrosa, y en la montaña un retraso lo tiene cualquiera. Por eso no se alarmaron cuando se dieron cuen– ta de que eran las cinco y el joven alpinista no había retornado. A las seis salieron a buscarle. Rastrearon toda la montaña. Gritaron en todos los barrancos, iluminaron con las linternas cada grieta. Tanteaban los caminos para no resbalar. Y al fin desde lo hondo LA JUSTICIA DE DIOS "_¿Quién ~?usará a los elegidos de Dios? Dios es el que justi- fica. ¿Qwen condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más ----_;OlollL!:t--1'Q9lJCifó IL Q c;,f,5 ,;¡ ~~~t:!A~,'----