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HIZO DE NOSOTROS SUS AMIGOS "¡Con cuánta más razón, pues justificados ahora por su san– gre, seremos por él salvos de la cólera! Si cuando éramos ene– migos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no solo eso, sino que también nos gloria– remos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora ta reconciliación". (Rorn. 5, 9b-11) Volvemos otra vez a la historia de Jesús. Es un poco la histo– ria de todo el hombre y es toda la historia que narra la Biblia. Por que la Biblia está llena de los sacrificios que los judíos ofrecían en rescate por los pecados. Sus ritos les mandaban eso. Y cuando tu– vieron su templo ritualizaron tanto eso del rescate, de los primogé– nitos, del pecado, que hicieron una religión eminentemente ritua– lista. Se pagaba lo que fuera y ya estaba ... Fue entonces cuando llegó Cristo. Sabía que a Dios -él era Dios- no le agradaban aquellos sacrificios de corderos, de bece– rros, de machos cabríos. Pidió únicamente un cuerpo para ofren– darlo por nosotros y para cumplir la voluntad de Dios. Que era pre– cisamente esa; que salvase a la humanidad que él había creado. (Vd. Hbr. 10,7). Sebemos, S. Pedro nos lo recuerda, que· él no nos rescató con oro ni con plata, sino con su preciosísirna sangre. Y sabernos, esto no nos lo dice S. Pedro, que él intentó mucho más él quiso hacer– nos sus amigos. Lo dice a sus discípulos poco antes de ir a la muerte: "No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido voso:ros a mi, sino que yo os he elegido a vosotros. (Jo, 15, 15-16). -174-

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