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DIOS PERDONA "Hermanos: La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíri– tu Santo que nos ha dado" ( Rom 5, 5). "La esperanza no defrauda... " Así comienza la carta de San Pablo que acabamos de leer. La esperanza debe ser la estrella siempre alta y resplande– ciente que nos guía por la vida. Lo que tenemos que hacer es no perderla nunca de vista. Aunque la noche sea negra... ¡Esperar!: Que las estrellas brillarán. Y si no las vemos, sabemos que brillan detrás de las nubes. Decía San Juan de la Cruz: "Es bueno en plena noche pensar en la luz". Y un pensador de una nación que roza la noche polar escribió. "Los grandes hombres serán celebrados en la historia. Mas cada uno de ellos fue grande según aquello que esperó. Uno fue grande en las cosas eternas. Pero el más grande de todos fue el que puso su esperanza en lo imposible. Abraham fue el más gran– de todos" (Kierkegaard). Cada uno de nosotros podemos ser más grandes que Abraham en la esperanza, pues sabemos de quien nos hemos fiado: de Jesu– cristo. Jesucristo murió por nosotros, pecadores, para redimirnos de nuestros pecados. Será bueno que nosotros, igual que los Magos que fueron en busca de Cristo siguiendo una estrella, una esperanza, recorramos la vida de Jesús. -168-

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