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21 septiembre 1911. Gloria a. Dios: Mi muy venerado Padre en Cristo: Después del respetuoso y filial saludo debido como a mi Padre, le ruego me bendiga. Ya está autorizado para confesarnos de extraordinario. Supon– go en su poder mi carta. Le iticluy0 l0 que he escrito (1). No sé qué más escribir; V. R. lo sabe mejor que yo, que no me daba cuen– ta de lo que hacía. ;,No basta esto? Espero su contestación, que me levante el mandato o diga lo que tengo que escribir. El próximo lunes 25 acuérdese de mí en la presencia de mi Dios. Hace diecisiete años que el Señor puso glorioso fin a mis tra– bajos, entregándose a mí (2) .•. . Hoy no me he levantado hasta la comu.nión y ayer salí del re– fectorio por estar un poco mal. Ya estoy mejor. Absuélvame de todo y bendígame. No puedo más. Su hija que mucho ·le ama y venera en Dios, . Sor Angeles. (1) La relación que se lee a continuación de la presente car,ta. · (2) La entrega de Dios a su alma, que tuvo lugar el 25 de septiernbre de 1894, dejó en su espíritu imborrables recuerdos. Cf. Autobiografía, pá– gina 108 y sigs.; Itinerario, t. I, p. 24. l'l'lNtli.ARll> MISTICO 11 6