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74 CORRESPONDENCIA DE LA M, ANGELES CON EL P. MARIANO No recuerdo ,cuárttas veces he sentido cierto consuelo, compla– cencia o no sé qué, pensando que V. R. me quiere. y aprecia; pero muchísimas veces más (ya lo creo) me he dejado dominar de sen– timientos, ideas y aprensiones enteramente contrarias a lo indica– do, y paréceme que he llegado hasta a aborrecer junto con todas las criaturas a V. R. en un exceso de sentimientos, resentimiento o no sé qué, que parece siento o tengo de las criaturas todas en ge– neral, a las que aborrezco y miro como instrumentos de martirio de mi alma, cuando no enemigas. En este aborrecimiento o desprecio casi constante que he sentido hacia las criaturas los pocos o mu– chos ratos que he pasado en ellas, paréceme que he debido faltar, y acaso bastante, a la caridad fraterna interiormente; de palabra no recuerdo haber faltado cosa notable para poder confesar. Hasta la fecha no he escrito nada de lo que V. R. me manda en sus dos últimas (1), y no sólo no he escrito, sin.o que he aborrecido y detestado repetidas veces dichos mandatos... , y me he quejado amargamente de la poca o ninguna piedad que V. R. tiene de mí (a Dios, se entiende), pues estando enferma ... , y costándome tanto, sobre todo moralmente, me obliga a escribir, siendo así que tern0 tanto y lo aborrezco lo mismo que al demonio y el pecado, por pa– recerme que todo lo que escribo es mentira y que peco en escribir. Tampoco he ayunado más que algún día que otro, .pocos; el 8, viernes, aunque era de. regla, tampoco; si bien esto me parece que ha sido por estar enferma, no por no querer. Por ahora no me acuerdo de ningún pecado más, aunque supon– go habré cometido muchísimos más, dado mi modo de ser y lo di– sipada y distraída que he pasado todo este tiempo sin hacer otra cosa que estar en la cama, no sé si por enfermedad o por holgaza– nería, faltando a muchos actos de comunidad y saliendo de ellos a tornar el aire, no sé si por vicio o por necesidad. De todo me acuso y me arrepiento como de verdaderos pecados, pues tal vez lo sean y muy graves a los ojos de Dios (yo así lo veo) y pido al Señor me perdone juntamente con todos los pecados que he cometido en mi vida, y a V. R. que me absuelva. (1) Es decir,. la cuenta de conciencia de lo ocurrido desde la víspera de la Sma. Trinidad, que se leerá más abajo, pp. 82-95.
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