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CARTA, L'X, r5 AGOSTO 1:9I '.t 51 arrojan de mi alma la obediencia y sumisión a V. R. y ahogan los afectos de gratitud y amor a mi Dios, y removiendo por las bases derriban el edificio de la santidad. Esto me enseña la 12xperiencia y lo veo y comprendo perfectamente, pero no puedo yo quitar las causas de tanto mal, aunque tenga mil facilidades para ello, por ser yo la misma duda, el mismo temor, y la desconfianza por esencia para todo lo que redunda en mi favor, m·e dilata,y consuela y lleva a Dios, que es mi centro. Por esto, y por la impotencia absoluta en que me hallo para ejecutar cosa alguna por rrwt-u proprio, V. R. ten– drá que encargarse de arrancar de mí las ideas indicadas, que, aun– que le cueste trabajo, yo sé, y estoy segura, que con el tiempo y tal vez antes de mucho tiempo me ·verá libre de ellas, pues si es vo– luntad de Dios que yo sea lo que V. R. me indica: un alma obedien– te en sumo grado y una pura potencialidad de amor, no puede me– nos el Señor de concederle las gracias necesarias para arrancar de mí ideas y pasiones que tanto y tan directamente se oponen a esta doble vida de obediencia y de amor, toda vez que yo deseo y estoy resuelta a trabajar y hacer todos los esfuerzos posibles para secun– dar los de V. R. para· librarme de ellas, y me abandono al efecto a la voluntad de V. R. 3.-No le molesto más. Con su permiso mañana o pasado escd– biré una carta a un Padre franciscano, de Orense, comunicándole el estado de gravedad de una señora amiga suya, la que me encarga le escriba, y como conoce mi letra y la de Sor Presentación no puedo valerme de ella ni de otra porque lo siente. Pero no ofrece ningún peligro IT?-i correspondencia con dicho Padre, pues no me preguntí:t nada que tenga relación con mi alma. , Hoy no he ayunado: ni creo podré mientras no me ponga un poquito mejor: estoy muy decaída y a ratos me pongo mal: tal vez tenga que hacer un día a dos de cama. Absuélyame (de todos) los pecados que he cometido desde que nací hasta este instante, sobre todo desde el 6 del actual al presente, sobre cuyas faltas he procu– rado hacer recaer dos. veces la absolución sacramental y a pesar de esto me parece están por perdonar. Me arrepiento muy de veras .de ellas y de todo lo que advertida e inadvertidamente he ofendido y desagradado a mi Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo y mi Purísima Madre después de tantas gracias y favores como he recibido'duran-