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1 l?lAR'l'A CLVrll, 22 OCTUBRE :t9r.3 365 o ha hecho, sin duda, de las suyas, pues ayer recibí la adjunta co– municación del Sr. Provisor (1). ¡Pobrecito de mi Padre! ¡,Qué gol– pe éste tan terrible y qué prueba tan dura para su alma tan llen:1 de caridad y de celo por la salvación y santificación de mis religio– sas y de mi pobrecita alma! Pero anímese y no se desconsuele, que Dios es Omnipotente y puede volverle á esta santa casa con mayor gloria que ignominiosamente acaban de echarle de ella. Así 10 es- peramos. No he notificado este asunto más que a Sor N. N. y N. N. Puede suponer cuánto lo sentirán. Querían habe.r escrito al Pre– lado, pero yo no las he dejado; quiero que callen y sufran hasta la próxima visita y elección de Abadesa, pues sólo faltan cuatro me~ ses. Entonces participaré a todas lo ocurrido con V. R. y cada cual hablará lo que le dicte su conciencia. 2.-Me ha cogido este golpe de una manera que es imposiblé padecer, y más inquietarme. Me parece que es un sueño, y no pue– do, en manera alguna, persuadirme de que es una realidad lo que tanto me temía y veo al presente realizado. Siento en el fondo ele mi alma un conf?uelq y· una paz tan grande, que me maravillo y casi me desconozco a mí misma.· Sólo siento ver padecer a V. R., y esto mismo aflige a las mencionadas religiosas. Pero anímese; cfo– jémoslo todo en manos de Dios y que se cumpla su santa voluntad. 3.-Adjunto el papelito que me éntregó Sor N. esta mañana. Si le parece, puede escribirle y tranquilizarla. Me creo compren– dida en las religiosas a quien se refiere la comunicación, y que por esto no podré escribir a V. R. Caso que así sea, Padre mío, no deje de escribirme y contésteme pronto a la presente, pues estoy con cuidado en orden a la mala impresión que recibirá al leer. la ad– junta comunicación. Estamos leyendo en refectorio las Epítolas de ·San Pablo, según Mons. Lecamus, y en ellas, especialmente en la segunda a los Corintios, hemos visto a V. R. en San Pablo perseguí .. (1) Se refiere a la comunicación dirigida a la Abadesa del convento <k la Purísima Concepción de Valladolid, firmada el 21 de octubre por el Gobernador Eclesiástico, sede plena, Dr. Carlos de Cos, en virtud de la cual, sin que ello "significara censura alguna para el Padre", se prohibía al P. Mariano de Vega "el acceso" a dicho convento, y asimismo se pro– hibía "a las religiosas todo trato de palabra y por escrito con el mismo". Las causas y consecuencias de este episodio han. sido expuestas en nuestro opúsculo Una flor siernpreviva, pp. 57-63.

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