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CARTA ctvn, 17 SEPTIEMl3RE 1913 hacen largos tres años, cuánto más nueve y medio o diez. Ya sabe V. R. que soy la misma delicadeza en cuanto a no querer servir de estorbo ni mortificar a nadie. No había sido aún confirmada en el cargo de Abadesa en este tercer trienio y ya leía en el corazón de algunas el sentimiento y pesar de que hubiese sido reelegida, no obstante aparecer una de ellas que era y es la más adicta a servi– dora. ¡Si viera, Padre mío, cuántas píldoras amargas he tragado y trago en gracia a la doblez de corazón de alguna que otra religiosa y a la exquisita sensibilidad y delicadeza de corazón de que me ha dotado mi Dios y Señor! Sólo el amor grande, entrañabílísimo, que he tenido y tengo a mis queridas jóvenes y novicias y tres re– ligiosas de las mayores, y mi temor de que retrocedan en el cami– no de la perfección me ha sostenido y sostiene para no desenten– derme del gobierno de la Comunidad; pues hasta en el que debía ser como el apoyo y 'sostén del principio de autoridad, no he en– contrado, hasta el presente, más que enemigos y, a veces, sembra– dores de cizaña (no se escandalice). Pero Dios es. grande, sobre todo con mi alma pecadora; es por es~o que cua11to menos apoyo hu– mano he tenido, más respetado y firme ha estado y está el princi– pio de autoridad, que descansa hoy en mi humilde, y por tantos títulos despreciable, persona. Pero no pensaba continuar en el car– go de Abadesa más que este trienio; con que lo mismo da que mP– desentienda de él cinco meses antes que .después, caso que Dios disponga que vaya a Logroño y el Prelado me permita. El haber dado su consentimiento la Comunidad con tanta fa~i– lidad, es porque están persuadidas las religiosas que será de mu– clfa honra y gloria de Dios el que servidora vaya a la Comunidad de referencia y a alguna .más que suponen me mandarán ir. Dese. de luego que lo sienten en el alma y les cuesta mucho separarse de mi lado. Y las que no me quieren habrán dado su consentimiento porque les conviene mi salida para su fines, aunque me parece que sus proyectos no se realizarán. Caso de salir, dejaré esto arre– glado de modo que 110 pueda el demonio impedir la marcha pro– gresiva de la Comunidad en la perfección. Su hija pecadora, que mucho le ama y venera en Dios, Sor Ang_eles Sorazu.

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