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CXLIX 11 junio 1913. Gloria a Dios Uno y Trino y a María Inmaculada nuestra Madre. M. R. P. Mariano de Vega. Amadísimo y venerado Padre mío en Jesucristo: Después del respetuoso y filial saludo debido a V. R., postrada a sus pies es– pero me bendiga con su santa y paternal bendición. Recibí su grata. Cuando escribí mi última hacía días que me sentía mal y con necesidad de hacer cama, la que he guardado v~:rios días; pero continúo mal, especialmente de la cabeza. Por esta razón .hace más de ocho días que no he podido escribir ni espero poder hacerlo hasta septiembre, si continúo así, como me ha sucedido los años que se me ha fijado la anemia en la cabeza -como al presente-, porque me molesta aun la claridad semi– oscura del coro cuando está corrida la cortina de la ventana. Los días que he estado en cama he sudado la mar por ver si me ali– viaba; pero nada he conseguido, y hoy he empezado a pasear sobre baldosas mojadas con los pies descalzos, que según me acon– sejaron los médicos me conviene o creo me estará bien para la fie– bre, pero no espero se me quite tan pronto. De todos modos haré lo que V. R. me mande, aunque me parece difícil poder escribir estan– do asJ, pues no dejo el pañuelo de la mano; hay días que mojo hasta catorce pañuelos. Puede suponer cómo estará mi cabeza. Respecto a escribir la historia del amor eterno, estoy conforme y hasta contenta, aunque será obra de muchos años, me parece. Al– guna que otra vez me asaltan ideas de que estaría mejor si no tu– viera que escribir, que sería más santa y agradable a Dios, etc., et– cétera; pero me abrazo con la voluntad y justicia divina, y así se me quitan las tentaciones. Su hija pecadora, que mucho le ama y venera en Dios, Sor Angeles.