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CARTA CXLVIII, 5 JUNIO r913 bajo escriturario, y envidia de las religiosas que no tienen que hacer otra cosa que santifica'rsEl; pareciéndome agradan más a Dios, adquieren más mérito, gracia y gloria, y no padecen lo que yo, que son del rtúmetó de la.s vírgenes prudei:ites y servidora de las necias, muy felices en esta vida y en la otra y yo una desgra~ ciada, y tódo porque voy camino errado, o p6rqüé no me q_üi~re Dios como a ellas, pues no me admite o da tiempo para vacar a la contemplación, medio el rriás br'éye y éfiéáz·' de santificación para las almas, etc., etc. Pero estas dudas y cabi1aciorres no me rnotestan tadfo ni me hacen sufrir como los días 27 y 28 del pasádo. Si supiera que ofe.n',; do a mi Dios dando lugár a éstas du<tras, la:s desecharía; pero como estoy persuadida de lo contrario, por eso ras admito y discurro sobre ellas. Díga:ine lo que debo hacer ó cóma debo portarme en esto o quiere• Dios que me porte, y h;aré. · No tengo ti'empo para más, que es tarde, Perdóneme los dis:.. parates que le dije en mi últimá, espécialrn:ente que no' quería que víníera V. R., etc., etc. Si falté en dar lugar a las cavilaciones de la citada carta, después de sus ct·os· hermosás _pláticas, perdó– neme también, que me arrepiento. Agradecí mucho que se cargara con todos mis defectos·, etcé'– tera, 'en su carta fecha 29. El 30 comencé a escribir. Su hija pecadora, Sor Angeles. (Jueves.)