BCCCAP00000000000000000000807
CXXXIX 7 febrero 1913. Gloria a Dios Uno y Trino y a María Inmaculada nuestra Madre. Mi muy amado y venerado. Padre mío en Jesucristo: Después del :respetuoso y filial saludo debido a V. R., postrada, a sus pies espero me bendiga con su santa y paternal bendición. Ayer recibí el libro y carta. Bien quisiera, Padre mío, complacer– le en escribir el libro cuarto. con la perfección que desea; pero no puedo, me es imposible. Pensaba escribir dicho libro ahora y termi– narlo para las Pascuas, a más tardar, de Pentescostés; pero estoy tan fatigada que desisto de mi intento. Ayer desde que me levanté por la mañana hasta que me acosté por la noche-excepto unos momentos de calma-pasé un día terri– ble, y hoy poco menos. Nada, ningún pecado detesto tanto como el haber obedecido a mis .Directores en escribir y comunicar mis cosas, si bien a esto no han sido los Directores, sino mi soberbia quien me ha movido. Estoy persuadida que la dirección me mata, me aparta de Dios; que me ha hecho y hace más daño que el mismo demonio, que es un tirano para mi alma, todo lo peor que se puede pensar, y que, en conciencia, estoy obligada a abandonarlo; que si no lo aban– dono, tendré que exclamar a la hora de la muerte lo que dice la Es– critura de los impíos que han ido por camino errado y se han aca– rreado la condenación eterna a costa de grandes trabajos (1). Estoy, en una palabra, atribuladísima, fatigada hasta no más. Si no fuera por el hábito y costumbre de sufrir y abrazarme con el infierno, si no tuviera la voluntad sometida a la divina y no fuera tanta mi re– signación, creo rabiaría de coraje y moriría c;Ie pena y de envidia. viendo el descanso y f:1cilidad con que las demás religiosas ganan (1) Sap. V, 6-7.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz