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· LXXXIV 16 diciembre 191 l. Gloria a Dios Uno y Trino y a María Inmaculada nuestra Madre. M. R. P. Mariano de Vega. León. Mi muy 1 amado y venerado Padre en Jesucristo: Después del respetuoso y filial saludo debido a V. R., le ruego humildemente me bendiga. Es en mi poder su grata de ayer. Dios le pague las molestías que se ha tomado en escribir la misma. Le incluyo la carta de la M. Vicaria de las Franciscanas de Lerma y mi contestación a la misma para que vea si está de paso o no. Nos conocimos en Caspe-es de allí-cuando fuí a acompañar a mi amiga (1), y después nos hemos conocido mejor en Dios. Es una religiosa-si no me engaño-favorecida de Dios, por cuyo amor me ofrecí una vez a padecer los trabajos interiores que ella padecía, sin que nadie lo supiera; y aunque me concedió el Señor el alivio de sus penas sin el coste de los trabajos a que me ofrecí, creo haberlos padecido después. Es la misma que indicó a su Di– rector no sería mi alma bien dirigida por el Sr. Deán ni de nin– guno fuera de la Orden. El Director a quien hizo esta indicación es el P. Andrés (2). (1) El viaje a Caspe acompañando a una amiga suya que entraba en el convento de Capuchinas de aquella ciudad, lo refiere en la A utobio– grafía, pp. 36-37. Regresó a su casa anhelando volver a Caspe para tomar también ella el hábito en aquella comunidad. "Pero los designios de Dios eran otros." . (2) La religiosa a que se refiere era Sor Esperanza de San Rafael, muerta santamente el 20 de octubre de 1936. Cf. P. MELCHOR DE PoBLADU– RA: Una flor siempreviva, p .. 51. Véase también Autobiografía, p. 274 y si– guientes, y Vida o autobiografía de la sier'Va de Dios M. Maria Esperanza de San Rafael, Abadesa de las F'ranciscanas Descalzas de Lerma, Bil– bao, 1941.