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154 CORRESPONDENCIA DJ; LA M, ANGELES CON EL P. MARIANO metido (que son los que yo conozco) desde que nací hasta este instante, mejor dicho, hasta el momento solemne en que V. R. ten– drá la dicha de consagrar y tener en sus manos a mi Dios Omni– potente, infinito en atributos y perfecciones, Humanado Jesucris– to, mi Señor, el día 8, todo lo que he ofendido a mi Dios querido y a su Santísima Madre por pensamiento, palabra, obra y deseo, in– tus y exteriormente, todos los pecados ocultos que no conozco, que entiendo son muchísimos más de los que yo conozco y he confesa-· do a V. R., y todos los pecados que se han cometido por mi culpa en el mundo y en el claustro, de los cuales soy responsable a los ojos de Dios. Detesto y aborrezco todos ellos arrepentida de haber-– los cometido por ser ofensas de un Dios que amo con todo mi co– razón y opuestos a su bondad, justicia y santidad infinita, y pro– pongo firm_ísimamente, en cuanto es de mi parte y depende de mi voluntad, nunca jamás volverlos a cometer, no ofender a mi Dios con ningún pecado mortal, venial, falta ni imperfección, volun– tariamente se en'tiende. 2.-Y, ·al efecto, le participo que ya quité, o desapareció de mi voluntad la resolución que le indiqué en mi anterior que tenía de desobedec.er a V. R., cuya resolución no era absoluta ni la tuve constantemente, sino algunos momentos nada más, pues en el pe– •cado o propósito de pecar, aun venialmente, no puede vivir mi alma habitualmente, pues antes morir y condenarme que ofender a mi Dios con plena advertencia; y lo propio digo de desobedecer a V. R., en quien amo y venero a mi Dios. No, Padr:e mío, no quie– ro desobedecerle nunca ni ocasionarle ningún disgusto voluntaria– mente y con plena advertencia, primero morir y condenarme que desobedecer y serle ingrata y desagradecida, después de tantos sa– crificios como ha hecho y hace por mí. Con gusto le confesaría, si pudiera, uno por uno todos los pecados que conozco y V. R. sabe he cometido; pero como no puedo me contento con confesarlos todos en general en la conifanza de que V. R. no necesita de que se los repita nuevamente para recordarlos todos, pues los tiene presentés y también sabe que estoy arrepentida de todo y de un modo especial de los pecados que aparecen más graves a los ojos ele Dios y que V. R. más detesta en mi pobre alma, pues de éstos me arrepiento también yo más que de los mayores crímenes que