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152 CORRESPONDENCIA DE LA M, ANGELES CON EL P. MARIANO tribulación en que estaba, con la misma facilidad que se desvane– cen los propósitos y resoluciones tomadas en tiempo de paz y con– solación al leer en sus cartas una palabra que me hiere, mata o no sé qué lo que me hace. 3.-Ahora me encuentro bien, hasta que vuelva a meterme en otro abismo de confusiones. Dios sea bendito por todo. Todo el mes de septiembre lo pasé algo triste, recordando las angustias que pasé el año pasado al escribir mi confesión gene– ral (1), y también los meses de octubre y noviembre, recordando algunas cosas del año pasado; y por lo mismo sin poder engolfar– me de lleno en Dios. Preveía que este año la novena y tal vez el día de Nuestra Madre pasaría lo mismo; y no me equivoqué, pues he pasado unos días de novena bien distintos por cierto de lo que acostumbraba pasar antes. Pero estoy conforme y contenta, porque quiero más sufrir en este mundo que en el otro; y aun en el caso que me condene, quiero más vivir sufriendo que gozando en este mundo, para que después no me cueste tanto padecer en la otra vida. Suya en Jesús y María, Sor Angeles Sorazu. Repito, Padre mío, que estoy bien y no atribulada, como supon– go parece y se desprende de la presente, desde que recibí su últi– ma, aunque sí con muchos temores de si será mi vida una pura ficción y en la hora de la muerte veré las cosas de distinta mane– ra que en el estado de consolación; pues yo quisiera vivir en la realidad, para no sufrir ningún desengaño en la hora de mi muer– te, etc.-Vale. (1) El modo y las consecuencias de dicha confesión general se des– criben en la primera parte de esta correspondencia, p. 107.
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