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CARTA UOéDI:, Q,7 NOVIEMllRE r9:tí miserable en todos sentidos, no puedo amar a nadie ni unirme con nadie fuera del mismo Dios y la Santísima Virgen, y aun con ésta condicionalmente y en parte nada más; y, por consiguiente, si quiere asociarse a mi alma y vivir unido a la misma, que procure unirse íntimamente con Dios y que en El me encontrará, pues en mí misma no puedo ni quiero vivir, ni aunque viviera consentiría que se uniese a mí, pues soy la maldad por esencia. Me he visto precisada a indicarle fa manera en que, a mi pobre en¡'tender, podrá conseguir la identificación de su alma con Dios y en ,Dios con mi alma, como lo desea. Y le he dicho que si consigue unirse con Dios, no dude que en Dios estará unido a mi alma y mi alma a la suya; y será muy amado de mí en el mismo Dios, el cual hará extensivos a su alma todos los actos de· amor que yo realizo a favor del mismo Dios, que es y debe ser el lazo de unión de todas las criaturas, al mismo tiempo que el centro donde descansan las mismas, pues es Dios nuestro Padre, nuestro Esposo, nuestra vida, nuestro descanso, nuestro único amor, nuestro patrimonio y rique– za divina, nuestro todo; nuestro Sumo Bien, y no las criaturas li-,, mitadas impotentes para amar y llenar los deseos de nuestro co~ razón. 2.-Esta mañana al ver que no tenía carta suya, me he metido en una gran tribulación (1). Pida al Señor se digne darme a .cono– cer el fin que se propone en estos sufrimientos. y la: gracia de con– seguirlo, no sea que esté perdiendo tiempo. Si tardo en escribirle, no le llame la atención; pues no pienso hacerlo hasta que tenga el gusto de hablarle. personalmente, a no ser que me sobrevenga alguna intranquilidad de conciencia que no pueda quitar en el Sacramento de la Penitencia. Entre tanto le agradeceré ruegue por mí al Señor y a la Santísima Virgen, de un modo especial el día 8 del próximo diciembre. Suya en• Jesús y María, · Sor Angeles Sorazu. Supongo en su poder mi _carta de ayer. (1) Efectivamente, el P. Mariano le había escrito el día anterior, o sea él 26 de· noviembre. Como se ve, todo contribuía a aquilatar niás y más la virtud de la sierva de Dios.