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n6 CORRESPOND!lNCIA Dll LA M, ANG!lLllS <'.ON JlL P. MAtUANO cado como a sus pies; el cual parecía otro Serafín, porque reverve~ raban en él, a manera que los rayos del sol en un vidrio o cristal, todos aquellos fulgores y resplandores divinos y todo aquel amor en, que ardía Jesús, por lo cual parecía otro Serafín de amor, como Jesús, que era el que. animaba todo su ser. Al ver a Jesús y nuestro Padre en la forma indicada, sentí gran– des ansias de asociarme a ellos, o sea de verme yo también co:tno nuestro Padre San Francisco transformada en .Jesús y animada y clarificada por el mismo, como lo estaba nuestro Padre, y de amarle y glorificarle· como. le ·amaba y glorificaba él; y se lo pedí a Jesús... Mas antes. de hacerle esta petición le expuse las angustias de mi alma, porque no había querido recibir en Sí su Majestad Divina o porque no había merecido yo esta gracia, no obstante habérselo pedido tantas veces ... Pues, según que acababa de decirme Vuestra Reverencia, no solamente no estaba mi alma unida a El, sino que tampoco había recibido ninguna gracia particular durante mi largo retiro, cuando creía yo que había sido mi alma muy favorecida de su Majestad. Díjome el Señor: ''Cuando el año 1893-94 y 95 recibiste tantos favores y obré yo tan grandes cosas como sabes en tu alma, ¿cono-' cías tú lo que Yo hacía y obraba en ti, como lo has conocido des- · púés?" "No, Señor_;_le contesté--'-. Sabía que me favorecíais mucho, pero no conocí en detalle los favores que recibí entonces hasta que· me mandó mi Padre escribir mi vida." "Pues eso mismo te ocurre ahora. Sabes que has recibido muchos favores durante tu retiro, pero no los conoces, porque Yo no te los he declarado ... " Dicho esto, no sé si antes o después de pedirle que me uniefa a El, .me parecía que comunicándome Jesús por conducto de nuestro Padre aquel amo~ en que ardían ambos, sentía aréler a mi alma. Lo cierto es que yo me abrasaba físicamente durante aquella visión, de la que conservo las espec1es. Esto es lo principal que tenía que comunicar a V. R. · 6.-En lo que se refiere a Jesús o a los favores que he indicado he recibido de su Majestad en todo este tiem'.po, no puedo decir liada más que he visto muchas veces (no sé si con el ·entendimiérito) a Jesús bajo formas bellísimas, pero siempre glorioso, fulgurando resplandores incluso en la cruz, y siempre como un Dios de amor.