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CAPITULO VI LEONOR, APOSTOL DE LOS OBREROS Si Leonor Pérez Docteur llega un día a conquistar la gloria de Bemini, a ser venerada en los altares -cosa que nosotros damos por casi segura - podrá ser distinguida con este sobrenombre: "Santa Leonor Pérez Docteur, Patrona de los Obreros". Y es que Leonor parece que hubiera nacido precisa– mente para esto: para acercarse al obrero, al pobre, al en– fermo, al degradado, al marginado por la sociedad. Está claro que era este su don, su vocación, su carisma, como ahora tanto se dice. Ya estudiamos en otro lugar el porqué <le sus éxitos en este campo de apostolado. Y a fe que en este momento clave de nuestro vivir ecle– sial y social, en que se ha gestado y se está ahora alumbran– do, gracias a Dios, un nuevo concepto de justicia social, de libertad humana, de prornoci6n acelerada, todo ello con el noble fin de elevar el nivel religioso, económico y cultural de las clases más humildes; en este momento, digo, es inte– resante, es estimulante, es altamente aleccionador el ejem– plo de esta mujer sencilla y humilde que, sin hacer ruido, nos da la pauta y nos señala pistas para Ilegar al corazón del pobre y del humilde. Leonor, siguiendo· el ejemplo del Divino Maestro, que 71