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sangre de su Hijo. Ella, al lado de su Hijo, es nuestra Cone– dentora y Medianera universal de todas las gracias; lo que equivale a decir que todas las gracias espirituales que han recibido y seguirán recibiendo todos los hombres -no sólo desde Cristo, sino desde Adán - han descendido del cielo por su intercesión, por una misteriosa influencia de su cariño maternal. Si la devoción al Corazón de Jesús fue para Leonor su SOL, la devoción a María fue su LUNA. Una devoción reci– bida también por herencia de sus padres, también sellada con su consagración a Ella en el momento de nacer, avalada con el espaldarazo y bautismo de sangre en el Colegio del Inmaculado Corazón de María de Anglet, regentado por las religiosas Siervas de María, y, finalmente, autenticada y enriquecida con innumerables beneficios. DOS BENEFICIOS SINGULARES He aquí dos de los beneficios más extraordinarios - al menos más notorios- recibidos por Leonor de manos de la Virgen Santísima. Uno es de orden corporal, el otro de orden espiritual. Teniendo sólo dos añitos se puso tan mala, que el mé– dico perdió todas las esperanzas de salvarla. Al día siguiente volvió para certificar su defunción; pero ¡cuál no sería su asombro al ver a la niña del todo sana! Preguntó a su madre, Doña Alix, qué es lo que había hecho, y ésta contestó: "Pues pedir a la Virgen Santísima de Lourdes que me la sanara". A lo que replicó el médico: "Pues puede usted considerarlo como un milagro". 66