BCCCAP00000000000000000000806

de Jesús", "Ya sabéis que al pedir el reinado del Corazón de Jesús lo pedimos todo". Y, al despedirse, al cerrar sus cartas, ' . las cierra muchas veces con este broche de oro: "Os meto a todos y os abrazo en el Corazón de Jesús'~. El corazón de Leonor ardía en deseos de ver al Corazón de Cristo entronizado en todos los hogares. Y, por cierto, que lo consiguió en no pocos; así como en algunos centros de trahajo, como en el taller de modistas de la calle San Francisco, núm. 13. Pero más todavía que en los hogares, Leonor quería ver entronizado el Corazón de Jesús en el Corazón de todos los cristianos. De ahí que el tiempo que tenía libre se dedicaba con verdadero afán a hacer "deten– tes", para regalarlos a sus pobres, a sus obreros, a sus enfer– mos, a sus presos, a sus marineros, etc. La sacrílega profanación del Ceno de las Angeles des– garró su corazón. Por eso hizo todo lo que pudo -incluso escribir a las Autoridades españolas - para que el gran mo– numento nac10nal al Corazón de Jesús fuera íntegramente reconstruido. Mucho le gustaba a Leonor ir en peregrinación al Cerro de los Angeles. Dice ella misma: "Un año fuí a pie. Nos reunimos en La Cibeles y fuimos rezando y cantando. En el último trozo hicimos el Vía-Crucis. Llegamos al Cerro de los Angeles a las cinco. Me tocaron las escaleras del altar y me pude arrodillar a mi gusto". CONFIANZA Leonor tenía una confianza sin límites en el Corazón de 62

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz