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"Ese día me pareció que tenía vocación de religiosa". Y, por cierto, que no sería la única vez. "A los catorce o quince años me hicieron Hija de María". Y bien que supo demostrar que era hija de tal Madre. ANECDOTAS VARIAS ¿Tuvo Leonor en su adolescencia o en su juventud algún amorcillo humano o, como dicen en Asturias, "algún refresco"? Los dos sucesos que ella nos relata a continuación no nos dan pie para asegurarlo. "No quiero pasar por alto que en mi tiempo de cole– giala, un primo mío francés, algo mayor que yo, y yo nos queríamos mucho. Era muy cariñoso, muy bueno y muy servicial. .. El cariño de mi primo, que yo sentía en todo, me hizo mucho bien, pues velaba siempre por mí. Con el tiem– po perdimos de vernos. El se casó y tuvo dos hijos, muy monos. Nos veíamos alguna vez y yo notaba en él que me conservaba mucho afecto". El segundo suceso tiene lugar en San Sebastián, en donde Leonor estuvo un par de años continuando los estu– dios de bachillerato, en el colegio de las mismas religiosas, Siervas de María. "En el Colegio había una terracita que daba a la carre– tera por la que paseaban diariamente la Reina María Cris– tina y su hijo el Rey Alfonso XIII. Paseaban en coche descubierto tirado por cuatro mulas preciosas. El tenía entonces unos catorce años y yo unos meses más. Como yo 25