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Alix vino a España muy joven para ser profesora de idiomas en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, perte– neciente a las señoritas Pérez Mirat, hermanas de Don Matías. Ella se había educado en el Colegio del Inmaculado Corazón de María, de París, en donde estaba de profesora una hermana suya, religiosa. Bien pronto Alix puso de relieve sus excelentes cuali– dades. En una reunión de padres de familia la joven profe– sora recibió los siguientes calificativos: competente, simpá– tica, metódica, pedagógica, sicóloga, abierta de carácter ... ¿Qué más podía desear para atraerse todas las miradas y conquistarse las simpatías de la mejor sociedad salmantina? Pero a quien más impresionaron estas bellas cualidades, unidas a una hermosura de cuerpo y de alma poco común, fue a Don Matías. Y Don Matías no lo supo, o no lo pudo, o no lo quiso disimular. A pesar de los 18 años que le sacaba a Alix - Don Matías andaba rondando los 40- le declaró su amor abiertamente. Y Alix le supo corresponder. Las relaciones prematrimoniales fueron cortas, casi no llegaron al año. Como no faltarán curiosos que deseen saber a qué nivel amoroso . y moral se desarrollaron estas relaciones, ahí van los informes suministrados por los familiares de Don Matías. Dicen así: Matías y Alix iban todos los días juntos a misa, confe– saban y comulgaban con frecuencia. A la caída de la tarde Matías la iba a buscar al Colegio, se paseaban por la calle y la plaza mayor, acudían después a los cultos de la Clerecía o San Esteban y, finalmente, se despedían con un apret6n de manos a la puerta del Colegio, donde ella residía. '15