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CAPITULO IX LUCES Y SOMBRAS Aunque hemos hablado de las virtudes predilectas de Leonor, quizá no hemos destacado suficientemente los ras– gos más luminosos de su personalidad. De ahí la necesidad de seguir ahondando en este tema, sin duda, el más rico y el más esclarecedor de su vida. Si nos fijamos en la estrella que alumbra la portada de este libro, vemos que son cinco los rayos que despide en su derredor, como son cinco también los rayos o rasgos más brillantes de esta estrella franciscana, Leonor Pérez Doc– teur, que Dios ha colocado en el cielo medio entenebrecido de nuestro siglo XX, para servir de luz y guía a tantos ciegos de espíritu, que andan a trompicones por la vida. Los rayos o rasgos más destacados del alma exquisita de Leonor son estos: su amor puro y universal, su sencillez columbina, su desprendimiento de todo lo terreno, su pure– za incontaminada y su amor a la cruz. l.º. -SU AMOR PURO Y UNIVERSAL Los dos preceptos máximos de la Ley cristiana rezán: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y al prójimo como a tí mismo". 121