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comprobado que su manera de amar, de vivir la humildad y la pobreza, ele manifestar su alegría, tienen un matiz y una tonalidad del todo franciscanos, no nos queda más que sacar la consecuencia. Y la consecuencia fluye por sí misma: Luego Leonor tenía un alma auténticamente franciscana. Y, por eso, porque su alma había sido siempre auténti– camente franciscana, su ingreso oficial en la Tercera Orden de San Francisco (la T. O. F.) no fue más que la ratificación, la exteriorización de ese franciscanismo que ella había lle– vado siempre consigo. Leonor fue admitida en la T. O. F. el 21 de enero de 1951, siendo Director de la misma Don Argimiro Llamas, Párroco entonces de Nuestra Señora de la Corte, y recibió el santo hábito, es decir, el cordón y escapulario, el 18 de febrero de 1951, según consta en las Actas levantadas en esas mismas fechas y firmadas por el Párroco y Director de la Hermandad, así como por el Hermano Ministro y Secre– tario de la misma, Don Esteban B. Lana. Y ahora nos preguntamos: ¿Cumplió la Hermana Leo– nor sus sagrados compromisos, o sea, la Regla de la T. O. F., hecha por el Seo. Padre San Francisco para la santificación de los seglares? No somos nosotros los llamados a responder a esta pre– gunta. Nadie más autorizado para ello que, quien siendo él 117