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Leonor fue la sencillez, la humildad personificadas. Ella, descendiente de una familia "bien" -su padre, prestigioso médico-cirujano; su madre, descendiente de los Condes de Larrü1ay- podía haber tenido otro género de vida distinto del que tuvo. Pero, no; ella, a imitaci6n del Divino l\1aestro, no había venido a ser servida, sino a servir a todos con la mayor abnegaci6n y humildad. No podemos alargarnos en acumular testimonios, todos ellos unánimes, cuando se trata de ponderar la sencillez y humildad de Leonor. Precisamente es esta la nota quizá más destacada por todos los que nos han hablado de las virtudes y de los recuerdos que conservan de Leonor. Báste– nos ahora recordar la frase , 1 el Padre Revuelta, su Director espiritual: "A ejemplo de Jesucristo pasó por el mundo ha– ciendo el bien; pero con sencillez, con la mayor humildad y naturalidad". 3.º LA POBREZA La pobreza, la altísima pobreza franciscana, la "esposa" bien amada de San Francisco, he aquí lo que -al menos exteriormente- más ha distinguido a la Orden Franciscana de todas las demás Ordenes e Institutos Religiosos. Ni posesi6n ni uso de dinero o de cualquier otra cosa -ni en privado ni en público- sin licencia de la Santa Sede; y en el uso obligado de las cosits imprescindibles para la vida, equipararse más a los humildes que a los poderosos. Leonor, sin haber hecho voto de pobreza, observaba la letra y el espíritu de la pobreza franciscana con más celo 109