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CAPITULO VIII TERCIARIA FRANCISCANA No faltarán lectores que se pregunten: "¿Por qué, si Leonor era Terciaria Franciscana, se ha tardado tanto tiem– po en tocar este tema, que es el inspirador del título del libro?". Respondemos que no nos han faltado razones para hacerlo. La primera de ellas es que Leonor fue Terciaria Franciscana sólo en sus últimos años, apenas los nueve últi– mos de su larga vida. La segunda es que esa su larga y fecunda vida estuvo toda ella impregnada de espíritu fran– ciscano y, por tanto, parecía lo más natural pasar primero por la pantalla de nuestros ojos la película de su vida para poder hacer un juicio crítico y conocer mejor así sus afini– dades y coincidencias con el franciscanismo. Comencemos por preguntar: "¿Leonor se hizo Terciaria Franciscana porque le salió de dentro o, tal vez, sólo por complacer a quien la invitó?". Conociendo, como conocemos ahora, el modo de ser y de actuar de Leonor, tenemos que contestar: "Por las dos cosas". Primero, porque le sali6 de dentro, puesto que su alma, empapada como una esponja de espíritu franciscano (como luego veremos), no podía por menos de mirar con simpatía a un santo y a una Orden que tenían con ella -con su modo de ser, de vivir y de pensar– tantos puntos de coincidencia. En segundo lugar, también por complacer a quien la invitara, ya que ella tenía por 102

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